Amaneció con mucho frío. Pero como ya comentamos en otros días, llevamos bastante ropa de abrigo. Hacía sol, pero nos poniamos el mono de agua porque así estábamos mas calentitos.
A medida que bajas por la costa Noruega, aumenta poco a poco la vegetación, aparecen pequeños pueblos, pero desaparecen los renos. Por cierto, no hemos puesto foto de ninguno. Aquí una del día anterior.
Hay que tomerse las cosas con calma, la carretera tiene muchas curvas, todo el mundo respeta los límites de velocidad (a uno de un blog le multaron con 350 euros por el exceso) la velocidad máxima es 90, pero al atravesar poblaciones baja a 70, 60 o 50, además te paras para alucinar con los firodos.
Ahora fotos de paisajes, aunque no se ve todo su esplendor.
Al final llegamos a Tromso. No es muy grande pero sí la mas grande las poblaciones atravesadas. Vimos atracado el Hurtigruten, nos informamos y salía a la 1:30 de la noche. No es barato, pero no se cuando volveremos y si volveremos, así que un día es un día, y nos cogimos un camarote. Decidimos hacer noche en el Hurtigruten y desembarcar en las islas Lofoten. Este es el barco aunque se ve mal.
Con todo lo organizados que son los Suecos, los Noruegos no tanto, no había indicaciones de donde poner el vehículo ni nadie que explicara nada.
Si a alguien le interesa, la información que ofrece Hurtigruten en España es para ricos. Si os venís aquí cualquier oficina de información os atenderá amablemente. Puedes viajar en cabina o sin ella, durmiendo en zonas comunes (en alguna silla o sofá), hay descuentos para estudiantes, niños y jubilados. Hay zonas para dejar las maletas y si quieres cerrarla con llave hay taquillas que cuestan 20 coronas un día (no llega a 2,50 euros). También hay duchas comunes.
En España solo dan precio para viajar en camarote. Nada mas. Hay mas ferrys, pero el Hurtigruten es el único que hace toda la costa desde Bergen hasta Kirkenes (pasado Nordkapp).
Y hasta aquí otro día. Mañana día de descanso en barco.
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